La Real Escuela de Arte Ecuestre de Jerez de la Frontera, Cádiz recibía, antes de la pandemia, 150.000 visitas al año, siendo así un referente provincial y uno de los máximo exponentes de la cultura del caballo en España. Durante el confinamiento se vieron obligados a seguir entrenando y trabajando con los caballos y los jinetes para así mantener el ritmo a la espera de una nueva normalidad que les permitiera abrir las puertas de nuevo. En la imagen, un operario mantiene limpio el picadero mientras los jinetes entrenan a su alrededor.