Cádiz, Cádiz
29 Mayo 2020
Confinados
Los besos, los roces, la cercanía, el contacto físico, los abrazos y todo lo que por común deja de ser importante en la intimidad del hogar ha ganado espacio en estos meses de encierro. La falta de tiempo provoca que lo pasemos por alto… excepto si dejamos constancia de ello a través de otra mirada, una que no refleje el simple gesto testimonial de un abrazo y sí que lo cargue de contenido, que te cuente una historia partiendo de la gestualidad cotidiana. De cómo una sonrisa es aprobación, un abrazo, necesidad y un roce, reclamo de compañía. Esta es una breve historia visual sobre el cariño. El que nos dan, el que damos, el que nos mantiene vivos.

Los besos, los roces, la cercanía, el contacto físico, los abrazos y todo lo que por común deja de ser importante en la intimidad del hogar, ha ganado espacio en estos meses de encierro. La falta de tiempo provoca que lo pasemos por alto… excepto si dejamos constancia de ello a través de otra mirada, una que no refleje el simple gesto testimonial de un abrazo y sí que lo cargue de contenido, que te cuente una historia partiendo de la gestualidad cotidiana. De cómo una sonrisa es aprobación, un abrazo necesidad y un roce, reclamo de compañía. Esta es una breve historia visual sobre el cariño. El que nos dan, el que damos, el que nos mantiene vivos.
Confinados.
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