Ciudad Real, Almagro
13 Abril 2020
COVID in Spain
Entierro de una persona con COVID en la localidad de Almagro en pleno centro de La Mancha

Los entierros y velatorios fueron uno de los nichos que más sufrieron la pandemia de la COVID-19. Además de las restricciones de aforo, que en los momentos más duros solo permitían tres personas por fallecido, los sepultureros debían trabajar con EPI cuando se trataba de muertos por COVID-19. Cementerio de Almagro.
Domingo Ruiz y Juan Carlos Canuto proceden a iniciar los preparativos, para un nuevo enterramiento por covid, en abril de 2020. Hay que reducir restos, hacer hueco, tener todo listo. El silencio allí lo rompen ellos, los sepultureros, picando un día más el ladrillo del nicho para un nuevo y frío sepelio en Almagro, un pueblo situado en la provincia de Ciudad Real.
Los entierros y velatorios fueron uno de los nichos que más sufrieron la pandemia de la COVID-19. Además de las restricciones de aforo, que en los momentos más duros solo permitían tres personas por fallecido, los sepultureros debían trabajar con EPI cuando se trataba de muertos por COVID-19. Cementerio de Almagro.
Los entierros y velatorios fueron uno de los nichos que más sufrieron la pandemia de la COVID-19. Además de las restricciones de aforo, que en los momentos más duros solo permitían tres personas por fallecido, los sepultureros debían trabajar con EPI cuando se trataba de muertos por COVID-19. Cementerio de Almagro.
Los entierros y velatorios fueron uno de los nichos que más sufrieron la pandemia de la COVID-19. Además de las restricciones de aforo, que en los momentos más duros solo permitían tres personas por fallecido, los sepultureros debían trabajar con EPI cuando se trataba de muertos por COVID-19. Cementerio de Almagro.
Los entierros y velatorios fueron uno de los nichos que más sufrieron la pandemia de la COVID-19. Además de las restricciones de aforo, que en los momentos más duros solo permitían tres personas por fallecido, los sepultureros debían trabajar con EPI cuando se trataba de muertos por COVID-19. Cementerio de Almagro.
Los entierros y velatorios fueron uno de los nichos que más sufrieron la pandemia de la COVID-19. Además de las restricciones de aforo, que en los momentos más duros solo permitían tres personas por fallecido, los sepultureros debían trabajar con EPI cuando se trataba de muertos por COVID-19. Cementerio de Almagro.
Los entierros y velatorios fueron uno de los nichos que más sufrieron la pandemia de la COVID-19. Además de las restricciones de aforo, que en los momentos más duros solo permitían tres personas por fallecido, los sepultureros debían trabajar con EPI cuando se trataba de muertos por COVID-19. Cementerio de Almagro.
Los entierros y velatorios fueron uno de los nichos que más sufrieron la pandemia de la COVID-19. Además de las restricciones de aforo, que en los momentos más duros solo permitían tres personas por fallecido, los sepultureros debían trabajar con EPI cuando se trataba de muertos por COVID-19. Cementerio de Almagro.
Los entierros y velatorios fueron uno de los nichos que más sufrieron la pandemia de la COVID-19. Además de las restricciones de aforo, que en los momentos más duros solo permitían tres personas por fallecido, los sepultureros debían trabajar con EPI cuando se trataba de muertos por COVID-19. Cementerio de Almagro.