Me llamo Pere Traveria. Nací el 23 de diciembre de 1942 y morí solo a finales del verano de 2020 durante la época del coronavirus. Fui uno de los primeros miembros del Front d’Alliberament Gai de Catalunya (FAGC) en los años setenta. No dispuesto a tragar más con la ley de los vagabundos y delincuentes, así llamada en 1970; una ley sobre peligrosidad social, que condenaba a los homosexuales, vagabundos y prostitutas por motivos delictivos. Han pasado más de cuarenta años y nunca se ha hecho un reconocimiento explícito no solo a las personas que salieron a manifestarse por primera vez, sino a todos los que sobrevivieron al franquismo. Los adultos mayores homosexuales están marginados. Ni siquiera tenemos un espacio o una voz en el mismo orgullo gay o en el pride. Lucho con algunos problemas médicos como la diabetes tipo 2 y un fémur roto por caerme solo en el suelo.