Voluntarios de la parroquia de Santa Anna trabajan cada tarde en la recepción y preparación de alimentos de diferentes entidades colaboradoras. Durante el confinamiento debido a la pandemia de la COVID-19, se servían diariamente más de 250 paquetes de desayuno, almuerzo y cena. Antes del mes de marzo, Santa Anna ofrecía comida todos los días para unas 150 personas. Con la pandemia del coronavirus, la parroquia sirve almuerzo, comida y cena a más de 250 personas. Esta es una evidencia de la emergencia social detrás de la crisis de salud que estamos viviendo en Barcelona, España.