Dabo, 30 años, Senegal, alias «el Jefe», sacristán de la parroquia de Santa Anna, estudiante de economía, ha trabajado durante mucho tiempo en la parroquia y vive con su amigo Lamin en un apartamento que forma parte del edificio histórico. Nueve personas sin hogar forman parte de la organización creada para distribuir diariamente desayunos, almuerzos y cenas a más de 250 personas a los ciudadanos que la crisis de la COVID-19 ha dejado más desprotegidos. Es una iniciativa liderada por Peio Sánchez, párroco de Santa Anna, con la colaboración de Cáritas. Durante la crisis del coronavirus estas nueve personas vivían confinadas en el edificio, haciendo un notable trabajo social para la comunidad de personas desprotegidas. Esta es una evidencia de la emergencia social detrás de la crisis de salud que estamos experimentando en Barcelona, España.