El aplauso de María fue muy representativo de lo que estaba sucediendo. Mucha gente, especialmente mayor, que en los primeros días se mostró reticente, poco a poco se animó ante el empuje colectivo a salir a aplaudir a los balcones y ventanas. Las manos de María muestran el simbolismo desde el anonimato y tienen la fuerza y la representatividad del aplauso de todos. Con el paso de los días, María fue asomándose tímidamente hasta acabar aplaudiendo a cara descubierta hasta el final. Esta foto, premiada con el primer premio del concurso de @culturainquieta que con el lema «saldremos adelante», pretendía recoger las fotos más representativas de las iniciativas para superar la crisis provocada por la pandemia.