La parte más emblemática de las Fiestas de Gràcia son los decorados que construyen los vecinos durante el año, que convierten las calles del barrio en una explosión de colores y formas durante los días de fiesta mayor. La covid-19 ha obligado a que los decorados tengan que ser aéreos y que los laterales ocupen el mínimo, para evitar elementos que obstaculicen y dificulten el flujo de gente, para no generar aglomeraciones.