Durante el mes de mayo quise documentar los problemas generados por la COVID-19, en las zonas rurales, en concreto en la zona de Huesca. Cada año un gran número de inmigrantes se desplazan a estas zonas para trabajar en la recogida de fruta, los llamados temporeros. Los empresarios son los encargados de gestionar debidamente las condiciones de trabajo y de vivienda para todas las personas que llegan a trabajar en sus campos. Lamentablemente, cada año podemos ver cómo muchos están en condiciones irregulares y confinados en asentamientos insalubres. Por ello, la preocupación con la emergencia sanitaria se agrava y los alcaldes de los diferentes municipios están luchando para conseguir lugares en los que puedan confinarlos en el caso de que aparezca algún brote. Estas fotos pertenecen a uno de estos asentamientos irregulares.
Un mes después fueron desalojados, por positivos en COVID-19.