Barcelona, Barcelona
16 Abril 2020
Días de soledad
Durante el mes de abril y el mes de junio del 2020, documenté algunas residencias en Barcelona, donde los sanitarios acudían semanalmente para poder realizar los PCR a los ancianos que estaban aislados y que presentaban algún síntoma. Algunos de ellos llegaron a dar positivo en hasta cuatro pruebas a lo largo de dos meses. Sabemos que muchos no vivieron para contarlo, entre ellos, mi abuela. Salió de la residencia para ir directa al Hospital de Bellvitge. Ella residía en una residencia del barrio L’Hospitalet del Llobregat, donde había vivido gran parte de su vida, pero una enfermedad cognitiva, la demencia, la llevó a acabar sus días en esta residencia. Yo llevaba más de dos meses sin verla, pero mi posición de fotoperiodista me permitió poder ir a documentar el primer día que los sanitarios iban a visitar esta residencia para hacer las pruebas. Ese día cuatro personas dieron positivo, entre ellas mi abuela, sería la última vez que la viera con vida. La siguiente fotografía que le realicé fue su ataúd, el día de su entierro. Murió por COVID-19.

Residente en el momento de realizar la prueba PCR.
Residente realizando las pruebas PCR.
Residente realizando las pruebas PCR.
Residente realizando las pruebas PCR.
Residente realizando las pruebas PCR.
Residente cogiendo la mano de la sanitaria con fuerza.
Residente acompañada de sanitarios para realizar prueba PCR.
Residente realizando las pruebas PCR.
Residente coge la mano de la sanitaria, mientras le hacen la prueba PCR.
El ataúd de mi abuela; es la siguiente foto que le hice desde la última vez que la vi.
El momento en que trajeron el ataúd de mi abuela al cementerio.
El momento en que mi padre y mi tío se despiden de su madre, ya dentro de la fosa.
Momento cuando mi familia abandona el cementerio.
Esta fue el último retrato que realicé a mi abuela en la residencia, después de que le hicieran su PCR, y la foto con la vela es la foto que realicé el día que mi padre me llamo para darme la noticia de que finalmente mi abuela había fallecido. Fue la íntima despedida que le dediqué.
María nos despide desde su puerta con una sonrisa en la cara y agradecida por el cariño.