Día cincuenta y seis de confinamiento en Barcelona. Una pareja se mira con una intensidad brutal, como si hiciera mucho que no se veían. Estuvieron así durante más de quince minutos, cambiaron de posición pero siempre mirándose o abrazándose con una gran intensidad y emoción. Esa emoción se transmitía más allá de ellos, y ni se inmutaron por lo que pasaba alrededor de ellos. Fue un momento mágico para ellos y para los que estábamos cerca y lo vimos.