Algo más de un mes después del inicio del estado de excepción, nos habíamos acostumbrado a las calles desiertas y a una ciudad sin apenas tráfico, en la que las únicas salidas se destinaban a hacer la compra o al paseo de la tarde. En la imagen, la calle Raimundo Fernández Villaverde, amplia avenida que parte desde la plaza de Cuatro Caminos, sin apenas circulación.