Joven corre cruzando una Avenida de América vacía. El Gobierno de España aprobó un decreto que restringe la libertad de circulación de los habitantes por todo el país para evitar la propagación del coronavirus. El cierre de Madrid muestra una imagen desoladora, sus calles, desbordadas y felices en la primavera, sufren una transformación única. Calles vacías, locales e instituciones cerrados, parques, plazas y transporte público vacíos. La ciudad se convierte en un espacio desolado y sin vida. Los transeúntes, principalmente por trabajo, se desplazan con miedo y resignación por una ciudad cerrada y triste.