Navarra / Nafarroa, Oteiza
03 Diciembre 2020
Respeto sí, pero a la muerte no se le puede tener miedo
Veinticuatro horas acompañando a un equipo de TES, Técnicos de Emergencias Sanitarias. Los miembros de estos equipos tienen turnos de 24 horas, las cuales se quedan de guardia en la base. Durante todo este tiempo tienen que estar atentos a cualquier llamada que reciban del 112.

En municipios pequeños, el GPS no es capaz de encontrar algunas direcciones. A veces solo queda bajarse y preguntar. En la imagen, Elena Sádaba llega al pueblo de Oteiza para el traslado al hospital de una mujer por una caída en su domicilio.
Los técnicos en emergencias sanitarias bajan de la ambulancia para entrar en el domicilio de la paciente, mientras el marido aparta las cortinas para permitir el paso de equipo.
Elena Sádaba, auxiliar, acompaña a la paciente dentro de la ambulancia para tranquilizarla durante el traslado al hospital. En el reflejo se puede ver a Carlos Marco, conductor de ambulancias.
La Mercedes Transporter aguarda a las puertas de Urgencias del hospital de Estella a que los técnicos dejen al paciente en el interior.
En una nave del polígono de Merkatondoa se encuentra la base de Baztán Bidasoa para Tierra Estella. En la primera planta, descansan las ambulancias, y en la segunda, los trabajadores. Hay sofás, dos habitaciones, baño y cocina.
La oficina cuenta, entre otros accesorios, con un mapa del territorio que cubre la base de Estella. La unidad se encarga de más de ciento treinta municipios.
Carlos y Elena (TES) suben a una silla a R. para poder sacarlo del salón de la vivienda y montarlo en la camilla para trasladarlo al hospital. Las barreras arquitectónicas son otras de las dificultades para la atención de los pacientes.
Javier Lion (delante) y Carlos Marco (detrás), técnicos en emergencias sanitarias, sacan del domicilio a un paciente con fuertes dolores.
El paciente es sacado de su domicilio para subirlo en la ambulancia que lo llevara hasta el hospital de Estella.
Elena acomoda y sujeta a Rafael en la camilla para garantizar un trayecto cómodo y seguro. El regreso siempre es más lento para evitar saltos y socavones que acrecienten el dolor físico.
La Unidad de Emergencias pasa gran parte de la guardia en la base. El segundo piso de la nave de Estella está adornada ya con motivos navideños.
Javi (i) ayuda a Carlos (d) a ponerse el EPI, en plena calle, para el traslado del paciente con posible COVID hasta el hospital de Estella.
Elena se dispone a entrar en el domicilio del paciente con síntomas. Se trata de un señor de más de ochenta años con una PCR negativa. Sin embargo, ha tenido contacto estrecho con un positivo y los síntomas han comenzado a manifestarse esta noche.
Sádaba, equipada con el EPI, acompaña al paciente en la llamada “zona sucia” de la ambulancia. En frente, la zona de llegada a Urgencias. Además de la limpieza del mono y la ambulancia, en la base pondrán la máquina de ozono para terminar de desinfectar.
Elena Sádaba, ataviada con el Equipo de Protección Individual (EPI), traslada a un paciente con posible COVID a las Urgencias del hospital de Estella. Lleva desde 1997 ejerciendo de auxiliar.