Tirando la basura. Recuerdo esos momentos de tirar la basura o ir a comprar lo básico al comercio más cercano y sentirte una delincuente. Parecía que si salías estabas haciendo algo malo. Y si veías a la Policía Local el corazón aumentaba el ritmo. Recuerdo el momento de salir de mi casa con la cámara y tener que guardarla debajo de un abrigo porque no era una actividad esencial. Aunque para mí lo era. Sentía la necesidad de proyectar cómo me sentía y cómo se sentían mis vecinas y vecinos. Era la primera vez que estábamos tan unidos.