A raíz de la situación de emergencia sanitaria, social y económica generada por la pandémia de la COVID-19, miles de personas se han organizado en redes de apoyo mutuo en los diferentes barrios y pueblos del Estado. Estas distribuyen alimentos y productos de higiene a todas aquellas personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad. No son una ONG ni caridad, no se trata de asistencialismo, sino de redes solidarias de personas organizadas que se apoyan mutuamente.
En Barcelona, a partir del decreto de estado de alarma, nace la Red de Cuidados Antirracistas. Está formada por una decena de colectivos migrantes y antirracistas que, con la colaboración otras redes de apoyo mutuo de varios barrios del área metropolitana, se encargan de distribuir alimentos y recursos básicos a familias migrantes que han quedado excluidas de las ayudas del Gobierno y, a causa de la situación de confinamiento, no cuentan con ingresos ni tienen garantizada la subsistencia básica.