A raíz de la crisis generada por la pandemia, el problema del derecho a la vivienda se ha visto agraviado. Se han intensificado todas aquellas dificultades que vive la clase trabajadora para acceder en una vivienda digna. El septiembre de 2020 se inició una oleada de desahucios descomunal: entre los días 14 y 21 de septiembre se ejecutaron 201 desahucios en Barcelona, y durante todo el otoño estos llegaron hasta los 800.
También encontramos victorias vecinales, como fue el caso de Maite, de las últimas de las Ramblas. El propietario lo acusaba de no pagar una mensualidad el 2015, activándose así el proceso de desahucio. El 1 de octubre se dio la orden de ejecución, pero fue gracias a las personas del movimiento por la vivienda que apoyaron a Maite aquella mañana que fue parado.