One meter away

junio 19, 2021

El 13 de marzo de 2020 en Barcelona, ​​como en muchas otras localidades, se inició el confinamiento domiciliario como medida para frenar la propagación de la COVID-19. De repente, las calles de la ciudad enmudecieron y todo empezó a suceder dentro de las casas y los edificios. A partir de entonces, aprendimos a mirar nuestra cotidianidad a un metro o dos de distancia (lo que, por seguridad, al principio se aconsejaba que fuera lo más cerca que estuvieras de alguien). Tan cerca y tan lejos a la vez. Y vas observando que, aunque parezca que se haya paralizado todo y que los días pasen como una cuenta atrás para la vuelta a «lo de antes», siguen sucediendo cosas: rutinas que no se han perdido, otras que, en cambio, han cambiado por completo. Algunas de ellas se muestran en este diario fotográfico de cuarentena con mi familia.

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