El Rastro herido

junio 19, 2021

El Rastro herido por la pandemia. La crisis de la COVID-19 también consiguió paralizar el Rastro. El mercado histórico más emblemático de la ciudad de Madrid, cuyos orígenes se remontan a finales del siglo XVIII, se vio obligado a cesar su actividad desde el domingo 8 de marzo hasta el 22 de noviembre del 2020. Fueron ocho meses y medio de tensiones y mucha incertidumbre para más de un millar de familias que se vieron afectadas por este cierre y dejaron de generar ingresos. El Ayuntamiento aprovechó la situación para proponer un nuevo plan de remodelación a la gestión del mercado. Dicha propuesta no fue bien recibida por parte de los afectados ya que, según alegaron, si la aceptaban el Rastro perdería su esencia fundamental como mercado tradicional y muchos de sus vendedores se verían obligados a perder las licencias de sus puestos. Ante esta situación comenzaron las movilizaciones de protesta y las tensas negociaciones con el Gobierno municipal, que ante la presión de los vendedores se vio obligado a modificar sus propuestas iniciales. En el mes de noviembre se llegó a un acuerdo entre las partes en el que las nuevas condiciones pactadas incluían que hasta el final de la pandemia el mercado abriría el 50 % de sus puestos alternativamente cada domingo y el aforo máximo no podría superar los 2700 visitantes. El 22 de noviembre reinició de nuevo su actividad. El Rastro no solo es un mercado callejero, que como tal goza de fama internacional, es el único mercado declarado patrimonio cultural de Madrid. En esta crisis ha demostrado ser un ejemplo de superación. Si tuviéramos que sintetizar una palabra para definirlo esta seria la de «diversidad». Sin duda en el ámbito sociocultural es en este entorno donde confluyen numerosas coordenadas. Diversidad cultural, de genero, de razas y de clases sociales; es un enclave de tolerancia en el que se mezclan la vanguardia con la tradición, la identidad cultural con el progreso y la tradición con la modernidad.

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