STOP Madrid

junio 19, 2021

Madrid se apagó. El movimiento febril e incesante de sus calles, el zumbido constante y enjambroso, el flujo vital que la abarrotaba súbitamente se detiene. Sus habitantes se desvanecen. Es sobre esta nueva ciudad póstuma que emerge de la que habla mi proyecto fotográfico. Una ciudad llena de ausencias, de silencios, de espacios vacíos, de lo que no se ve. Sentía su transformación en un escenario de ventanas que miran, de líneas rectas y asépticas y de límites. La vida a través de un cristal. Ese espacio público donde nos relacionamos con los demás, donde nos miramos, nos hablamos y nos encontramos desapareció. El silencio impresiona, casi duele. ¿Pero cómo se fotografía el silencio? Me paraba a sentirlo y a escucharlo. La ciudad sola, mojada por esa llovizna incesante de primavera, lloraba por nosotros. La muerte se sentía sin verla. En esa atmósfera febril seguían viviendo en la calle seres invisibles atrapados en tierra de nadie, sin lugar al cual huir. Las personas se asomaban a la calle solitarias, temerosas y fugitivas. Se formaban colas para comprar alimentos. Quise hablar de nuestra fragilidad y vulnerabilidad.

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