Letargo
junio 19, 2021
El 11 de marzo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, declaró en rueda de prensa la existencia de una pandemia mundial por el coronavirus 2019-NCov9. Según los datos de la Universidad Johns Hopkins, Maryland, EE. UU. actualmente en el mundo hay más de ochenta millones de contagiados, siendo España uno de los países con más infectados de la Unión Europea. El nuevo virus, altamente contagioso por contacto humano, causa la enfermedad por coronavirus comúnmente conocida como COVID-19, que presenta síntomas como fiebre, tos, dificultad para respirar y pérdida del olfato. Tiene un alto porcentaje de muerte en personas mayores y las consideradas de alto riesgo. El gobierno de España decreta el 14 de marzo 2020 el estado de alarma por el Real Decreto 463/2020 y el confinamiento de la población del país, de cerca de 45 millones de habitantes, por la situación de crisis sanitaria debido al aumento del número de infectados por coronavirus que durante este primer periodo superaron los treinta mil fallecidos. Medidas de contingencia como el uso de mascarillas, guantes quirúrgicos, distancia de seguridad entre personas, reclusión domiciliaria, restricciones horarias para salir a la vía pública, aforos limitados en supermercados, etc., fueron impuestas por el Ministerio de Sanidad para evitar la propagación incontrolada del virus. Según la Real Academia de la Lengua la definición de letargo (lethargus) es “el estado patológico caracterizado por un sueño profundo, inactivo y prolongado, propio de algunas enfermedades nerviosas, infecciosas o tóxicas”. Ante el confinamiento domiciliario decretado y la necesidad de documentarlo, este ensayo evidencia el día a día de reclusión en casa, pasando por los diferentes estados emocionales que generaron los cien días de cuarentena, como ansiedad, insomnio, la falta de contacto con personas cercanas y las dudas ante lo que pueda suceder en un futuro incierto, provocado por esta situación a la que nos hemos enfrentado por primera vez.